Tupper’s self-referential formula

Tupper’s self-referential formula is a formula that visually represents itself when graphed in the plane. It is given by

\frac{1}{2} < \left\lfloor \mathrm{mod}\left(\left\lfloor \frac{y}{17} \right\rfloor 2^{-17 \lfloor x \rfloor - \mathrm{mod}\left(\lfloor y\rfloor, 17\right)},2\right)\right\rfloor.

Let k equal the following 543-digit integer:

960 939 379 918 958 884 971 672 962 \\ 
127 852 754 715 004 339 660 129 306 \\
651 505 519 271 702 802 395 266 424 \\ 
689 642 842 174 350 718 121 267 153 \\ 
782 770 623 355 993 237 280 874 144\\ 
307 891 325 963 941 337  723 487 857\\ 
735 749 823 926 629 715 517 173 716 \\ 
995 165 232 890 538 221 612 403 238 \\
855 866 184 013 235 585 136 048 828\\
 693 337 902 491 454 229 288 667 081 \\ 
096 184 496 091 705 183 454 067 827 \\ 
731 551 705 405  381 627 380 967 602 \\ 
565 625 016 981 482 083 418 783 163 \\ 
849 115 590 225 610 003 652 351 370 \\
 343 874 461 848 378 737 238 198 224\\ 
849 863 465 033 159 410 054 974 700 \\ 
593 138 339 226 497 249 461 751 545 \\ 
728 366 702 369 745 461 014 655 997 \\ 
933 798 537 483 143 786 841 806 593\\ 
422 227 898 388 722 980 000 748 404 \\
719

Then the formula reproduces itself in the range 0 ≤ x < 106 and k ≤ y < k+17:

In fact, Tupper’s formula can be used to draw any formula because for nonnegative values of y, the formula displays all possible combinations of 17-pixel tall bitmaps. So the above formula is just a special case. In fact, the formula can be used to decode any bitmap stored in the integer k.

El asesinato de Winckelmann en Trieste

Johann Joachim Winckelmann fue arqueólogo e historiador del arte alemán considerado el fundador de la Historia del Arte y de la Arqueología como disciplina moderna. De 50 años y Prefecto de Antigüedades del papa Clemente XIII, llegó de incógnito, bajo el nombre de Signor Giovanni, a Trieste (Sacro Imperio Romano Germánico) el 1 de junio de 1768. Había viajado al norte, junto con un amigo, el escultor Bartolomeo Cavaceppi, para visitar su Alemania natal después de trece años de ausencia. Por extraño que parezca, a la vista de los Alpes Tiroleses Winckelmann entró en pánico y reflexionó si interrumpir el viaje. Pero Cavaceppi le había convencido de ir hasta Viena, donde el erudito había sido recibido y honrado por la emperatriz María Teresa. Entonces Winckelmann, deprimido, incapaz de soportar la atmósfera alemana y desesperado por regresar a Italia, había abandonado abruptamente a su amigo, a pesar de sus súplicas, para regresar a los Estados Pontificios completamente solo. Los dos amigos se habían separado en la capital de los Habsburgo, y Winckelmann se dirigió a Trieste. Allí, se hospedó en la Osteria Grande (la posada principal de la ciudad y actual Grand Hotel Duchi d’Aosta, en la actual Piazza Unità d’Italia), esperando un barco con destino a Ancona, el puerto adriático de los Estados Pontificios, para regresar a Roma. En la posada, Winckelmann conoció a Francesco Arcangeli, un cocinero desempleado y camarero, así como ladrón ocasional, que se alojaba en la habitación de al lado. Arcangeli visitó a Winckelmann cada anochecer en su habitación donde el erudito le mostró sus medallas de oro y plata, incluyendo la que acababa de recibir de la emperatriz María Teresa. Los dos pasaron mucho tiempo juntos, comiendo, caminando y hablando, durante la semana siguiente desde su reunión.​

El 7 de junio, Arcangeli acompañó a Winckelmann a comprar un lápiz y una navaja. Luego regresó el mismo día de la compra solo a la misma tienda donde compró un cuchillo, y después en otra tienda, una cuerda. Al día siguiente, 8 de junio de 1768, visitó a Winckelmann en su habitación después de la cena como solía. Fue allí que se abalanzó sobre el intelectual intentando estrangularle con la cuerda: Winckelmann lo empujó y Arcangeli sacó su cuchillo, y lucharon.​ En su testimonio, Arcangeli dijo que acuchilló a Winckelmann no solo en el pecho, si no también “más abajo”, lo cual tiene connotaciones sexuales. Arcangeli entonces huyó, dejando a Winckelmann gritando en la escalera: “Mirad lo que me ha hecho!”. Winckelmann pasó sus últimas horas dictando testamento y perdonó a Arcangeli. Fue enterrado al día siguiente en el cementerio de la catedral de Trieste. Sin embargo, Arcangeli fue arrestado y sentenciado a muerte el 18 de julio, condenado a ser roto en La rueda en la plaza delante de la posada. La sentencia fue ejecutada dos días más tarde, el 20 de julio.

La noticia del extraño crimen se extendió por la Europa erudita y causó gran impresión en la alta sociedad (Johann Wolfgang von Goethe, por ejemplo, siempre recordó cuándo y dónde recibió la noticia de la muerte de Winckelmann). El asesinato de Winckelmann fue objeto de numerosas especulaciones y narrativas en discursos y correspondencias privados así como en informes forenses, artículos y discursos públicos.​ El profesor Lionel Gossman, por ejemplo, cree que hay reminiscencias del asesinato de Winckelmann, conscientes o no, en la obra de Thomas Mann La muerte en Venecia (1912).

Arcangeli tuvo seis interrogatorios, durante los que proporcionó versiones contradictorias de los acontecimientos: dijo que lo había matado por creerle un espía, después que solo para atracarle, luego por creerle un judío o un luterano (Arcangeli habría sospechado de un libro escrito con caracteres extraños que había notado en el escritorio del erudito – pero en realidad escrito en griego). Aparentemente, Arcangeli no creyó que el Signor Giovanni fuera rico, y en la huida después del ataque no se llevó las medallas. También causó extrañeza el comportamiento de Winckelmann: su registro con un nombre falso, la ausencia de cualquier contacto con autoridades o personas notables durante su estancia en Trieste así como su asociación con un individuo de mala reputación como Arcangeli y su reticencia a identificarse abiertamente en las horas antes de su muerte. Se cree generalmente que Winckelmann fue asesinado durante un intento de robo, pero incluso la hipótesis de un delito sexual fue muy exitosa: los contemporáneos no tenían ninguna duda sobre la homosexualidad de Winckelmann, viéndolo como parte de su verdadero amor por la Antigüedad clásica, y existía la sospecha de que el estudioso fue asesinado por haber hecho avances al respecto hacia un Arcangeli poco dispuesto (o ya no dispuesto, dado el número de días pasados juntos).

Die Schlangenbeschwörerin

La Charmeuse de Serpents von Henri Rousseau (1844–1910)

Henri Rousseau (1844-1910) war ein französischer Maler und Autodidakt, der Paris zeitlebens kaum verlassen hat. Im Hauptberuf war er Zöllner, was seinen Beinamen Le Douanier erklärt. Siebzehn Jahre vor seinem Tod ließ er sich frühpensionieren. Zu seinen Verehrern gehörte Pablo Picasso, Sylvia Plath und Max Beckmann, auf die Rousseau einen Einfluss ausübte. Da er keine formale malerische Ausbildung besaß, wird er manchmal neben dem Postimpressionismus der sogenannten Naiven Kunst zugeordnet. Er gilt als Wegbereiter des Surrealismus.

Salon de Paris

Der Salon de Paris (französisch für Pariser Salon) war eine regelmäßige Kunstausstellung, die von König Ludwig dem XIV. im Jahre 1667 initiiert wurde, um den offiziellen höfischen Kunstgeschmack zu propagieren. Im 19. Jahrhundert war der Salon Mittelpunkt und Bühne des französischen Kunstbetriebes. So wurden während des Pariser Salons des Jahres 1855 beispielsweise 891.682 Besucher gezählt und 1880 stellten 5184 Künstler 7289 Exponate aus. Das Jahr 1880 ist gleichzeitig das letzte Jahr, in dem es eine seitens des französischen Staates geregelte Ausstellung gab.

Love hurts

  • I also would like you to return every poem I ever wrote to. That is, if you haven’t destroyed them.
  • I still have the poems, yes.
  • I burned everything you ever gave me in a small, controlled fire

Once I realised she wasn’t a guy called Simon her writing started to make a whole lot more sense.